Nos conocimos dos horas antes de desarrollar la conferencia. Fue en un ambiente muy distendido, muy familiar y, sobre todo, muy sincero. Se podría decir que entre usted y la Casa Grande hubo empatía. Nos sorprendió su forma de ser, tan campechana, al igual que a usted, creo que le fascinó lo que hay dentro de la Casa Grande.
Se inició la conferencia sobre "Los problemas vistos desde la asertividad y la autoestima". Habló de estrategias y habilidades desarrolladas desde un punto de vista positivo. Lo hizo de una manera muy coloquial, muy cercana y muy fácil de entender por parte de los asistentes.
Sus palabras estaban dirigidas fundamentalmente a familias, usted trató de poner una sonrisa en aquellos rostros donde ha habido más lágrimas que risas.
Sus interlocutores le escucharon con mucho interés, porque necesitan que alguien les familiarice con nuevas herramientas, que alguien les abra otro camino, otro horizonte al que mirar con una mirada nueva, llena de fuerza, optimismo y positividad.
A todos los que estábamos escuchándole (que no oyéndole) nos enganchó hasta tal punto que el tiempo pasó rápido y nos quedamos con ganas de más información.
Como profesor que es usted, debo de decirle que comunica muy bien con el interlocutor que tiene enfrente. Hace que un tema con tanta trascendencia, cale entre las personas que le escuchan, y esto es un "don" que no todos los que se dedican a enseñar poseen.
Gracias por dedicarnos a nosotros, a la Casa Grande de Martiherrero, su tarde libre de un viernes. Eso dice mucho de una persona que aún cree en cambiar las cosas y en ayudar a que el ser humano viva en un mundo mejor y sea más feliz.
Esperamos volver a encontrarnos con usted. Gracias.
Tal y como acabó la conferencia...Brindo por ti
