Hace ya ocho meses que comenzó el año 2016 y como siempre
sucede, solo hemos tenido que ir tachando días del calendario para quitar las
hojas de cada mes y así llegar al día 1 de agosto. ¡ Que fácil parece todo esto
si solo se ciñera a ese acto manual!. Lo difícil y complicado ha sido llegar
hasta este día por todas las connotaciones que tiene llegar aquí.
El mes de enero comenzó siendo muy duro porque
tuvimos temas difíciles relacionados con
la salud y todo esto unido al día a día en lo referente a temas económicos,
subidas salariales, gestión por competencias, negociaciones con gerencia de
servicios sociales para nuevas reubicaciones de plazas de chicos…. Y también
fue duro por en lo posible, querer conciliar la vida laboral y familiar de los
profesionales. ¡ A veces perseguimos retos tan imposibles, que nos crean
incertidumbre y hasta dolor de cabeza.!
Febrero pasó como siempre, sin pena pero al final con
algo de gloria, puesto que alguien quiso y siguió pensando en nosotros: el Club
Rotary. Nos conocieron y decidieron llevar a cabo su cena benéfica a favor de
la Casa Grande de Martiherrero. ¡Gracias! Fue un espaldarazo para seguir
soñando un poquito más y también para creer en la gente buena.
Marzo nos trajo novedades en cuanto a lo que respecta a algunos
trabajadores. La vida es tan rara y a veces tan difícil de entender, que
tuvimos tiempo para reír por alguna alegría y también para llorar por las
penas. Llegaron chicos nuevos, fuimos de boda, nos acompañó mucha gente en la
cena benéfica del Club Rotary, hubo caras nuevas de trabajadores en nuestra
casa y, desde luego, continuamos acompañando a aquellos que lo estaban pasando
mal y que desgraciadamente no eran pocos. La vida parece muy larga pero… ¡que
corta es! Eso sí, está llena de sorpresas día a día, es lo que hay y no queda
otra.
Y…llegó abril dándonos muy fuerte y muy duro y lo que es
peor: sin poder hacer nada. Otra vez más toda la casa de Martiherrero demostró
su grandeza de alma arropando a gente muy nuestra que nos necesitaba. Era lo
único que podíamos hacer: estar en silencio y a su lado. Lamentablemente en los
meses siguientes lo hemos tenido que hacer con más compañeros. Cuando esto
sucede, los temas económicos, sociales y de infraestructura e intendencia,
pasan a segundo lugar pero…existen y hay que darles salida también. Eso sí,
durante este mes tuvimos muchas visitas de personas con inquietudes sociales, que han sabido de
la existencia de esta Casa y han querido conocerla in situ.
Después llegó mayo y continuamos con nuestro día a día,
siempre cargado de sorpresas buenas y….hasta malas. Eso sí, siempre preocupados
por las negociaciones con la gerencia de servicios sociales para mejorar la
calidad de vida de nuestros chicos. Han sido muchos meses de diálogo, hasta
conseguir resultados positivos para todos. También en mayo se llevó a cabo el
II Certamen de Teatro de la Casa Grande. No tengo palabras para definirlo ni
para expresar mi gratitud a todos los que lo hicieron posible. ¡Todo un éxito,
pero, cuanto trabajo conlleva, trabajo del que se ve y, fundamentalmente, del
que no se ve!
Va pasando el tiempo, los meses, los días y todos,
absolutamente todos, vamos notando el cansancio que ocasiona el trabajo y
también sentimos la satisfacción de ir haciendo las cosas con mucha coherencia
y honestidad, aunque a veces no nos salgan como nos gustarían.
Y así casi dándonos cuenta de todo lo que hemos hecho,
nos metemos en junio, nuestro maravilloso mes, el mejor de todos, el que suena
a fiesta, el más alegre, el que trae sonrisas y reconocimientos y el que nos
hace mejores. Se inicia con el Camino de Santiago por la provincia de Ávila y este año lo hemos hecho acompañados
de otras entidades a las que hemos invitado para que realizaran alguna jornada
junto a nosotros: Gotarrendura, Síndrome de Down y Pronisa. El grupo de
senderismo de la Casa Grande se merece tanto reconocimiento social, como
esfuerzo hacen todas las personas que lo forman. Así nos lo reconoció el Grupo
de Montaña Almanzor.
Por otra parte sé que en este mes hubo que tomar alguna
decisión que no todos los profesionales “han querido entender”. Lo siento, a
veces pensando en el interés general de un colectivo, se dan algunos coletazos
a los intereses particulares. Somos muchos y hay que pensar en el bien común de
un colectivo, no en las individualidades.
El día 16 se celebró el día de la Casa Grande. Llovió
mucho, muchísimo, pero aun así, todo salió bien. Nos acompañaron muchísimas
personas de la sociedad abulense ( hasta Alicia García, consejera de familia de
la Junta de Castilla y León quiso estar entre nosotros) también del mundo de la
empresa de Madrid (NEOBIS) empresas de Ávila ( Elgorriaga, Plástic Omnium)
familias, profesionales, amigos etc.. Resultó tan extraordinariamente
maravilloso como agotador. Pero es cierto que merece la pena porque recibimos
mucha energía a través de tanto reconocimiento social que se da a todos los
profesionales y a la propia Institución. ¡Qué bonito luce nuestro teatro y
nuestro coro musical ese día. ¡ Cuánto trabajo, cuántos sinsabores, momentos de
tirar la toalla y cuántos minutos de volver a coger las riendas para seguir y
seguir caminando y mirando hacia adelante!.
Junio es un mes de finalizar historias, proyectos,
trabajos y también de recibir muchas visitas como ha ocurrido este año: Bankia
Madrid, Víctor Sastre y su Fundación quien a través de su “soy bici, soy
deporte” nos impresionó y deleitó tanto como nosotros a él. Estas variadas
visitas, nos han hecho vivir muy buenos momentos.
En junio se han hecho tantas cosas, que hasta hicimos
nuestra propia fiesta familiar para chicos y profesionales en nuestros
jardines. Resultó muy entrañable y emotivo, así que lo seguiremos haciendo en
los próximos años.
Acabamos junio todos muy cansados y empezamos a echar de
menos días de asueto y de descanso pero se sacan fuerzas no sé de dónde y así
se inician las jornadas culturales con la llegada del mes de julio, nuestro mes
cultural, creado hace muchísimos años y que cada vez está más profesionalizado
y con grandes expectativas. Nadie que conozca la Casa Grande, puede negarle el
carácter educativo que ha tenido y que va innato a ella y con ella. Julio es un
mes de aprendizaje a través del divertimento. Se une el ocio y la cultura, no
son actividades extraescolares, ni tampoco veraniegas, simple y llanamente son
cosas del día a día de esta Casa, es más de todo lo que hacemos, lo único es
que se llevan a cabo muchas de ellas en nuestro maravillosos entorno físico. ¡Que
entorno más privilegiado tenemos y
cuánto disfrutamos de él en este tiempo! Eso sí, el día 17 de julio se celebró
en San Bartolomé de Pinares la marcha de senderismo amigos de la casa grande de
Martiherrero y allí fueron nuestros chicos, familiares de ellos y junto con los
habitantes de ese gran pueblo pasaron un día extraordinariamente bueno. ¡
Gracias a San Bartolomé de Pinares por organizar este evento y por su generosa
hospitalidad!
Como se puede observar es por todo lo escrito y descrito
hasta este punto por lo que todos los profesionales de esta Casa, tienen que
descansar y disfrutar de su entorno y de su vida. Todas las personas que
trabajan tienen derecho al descanso según el Estatuto de los Trabajadores, pero
yo les aseguro que si no fuera así, a todos los que forman la Casa Grande de
Martiherrero habría que dárselo por derecho propio ganado día a día a base de
profesionalidad,, entrega, dedicación y cariño a todos los chicos y chicas que
viven en este hermoso lugar.
Divertios, quereos un poco y mimaos mucho porque os lo
merecéis. Dentro de un mes nos reencontraremos todos y nos volveremos a
reinventar con mucha energía, para hacer la vida mejor a estas personas que
tanto queremos y que nos necesitan. FELICES
VACACIONES, GRACIAS. UN ABRAZO.