miércoles, 22 de noviembre de 2017

VISITA A LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE AVILA

En esta vida hay hechos que marcan y además son un punto de inflexión para las personas. Esto es lo que les ha ocurrido a algunos con la visita realizada hace unos días. En la Casa Grande si hay algo que nos marca y que siempre está presente entre todos los que la formamos (chicos y profesionales) es “educar en valores”. Hay que hacerlo con mucha pulcritud, respeto, objetividad, siendo equitativos, utilizando siempre la verdad y la libertad…es decir, teniendo como principio con mayúsculas: LA JUSTICIA.
Siempre que hablamos con nuestros chicos sale la palabra derechos, injusticias, no nos creen, no es justo, no nos escuchan etc… Sí, así es su discurso y sus frases hechas. Han sido tan invisibles para esta sociedad, que a veces pienso que ahora se han pasado al otro extremo. Con colectivos tan vulnerables es facilísimo caer en los extremos y así no se educa de manera integral. Utilizando el proteccionismo, la pena, la demagogia y hasta la manipulación…flaco favor les hacemos. 
Donde quedan en estas personas los términos obligaciones, deberes, justicia para todos, saber escuchar al otro, empatizar con todos…? Si no utilizamos todos los conceptos, nunca lograremos nuestros retos con objetividad y certeza. ¡queda tanto camino por recorrer!
Pues bien, este año, hace ya unos pocos meses, un amigo que quiere mucho a esta Casa y que además la admira, nos trajo a una persona que entiende mucho de todos estos términos porque no en vano son sus herramientas de trabajo en el día a día. Vino a conocernos Javier García Encinar, un señor muy cercano y hasta muy campechano diría yo, que no es ni más ni menos que el Presidente de la Audiencia Provincial de Ávila. Pasó muchas horas conversando con los chicos y creo que descubrió un mundo qué aunque ya conocía, no intuía el profundo significado de la frase “personas con capacidades diferentes”. Sé que este día  le marcó por las emociones que vivió y que no pudo o no quiso contener , fluyendo al exterior a la vez que le humanizó delante de los chicos que no quieren ni necesitan entender de clases sociales. Solo saben de personas cercanas y que les muestran cariño y también de otras que rechazan porque desconocen el significado de la palabra “empatía”
El otro día se produjo la devolución de la visita y un grupo de 30 chicos de esta Casa pasaron una jornada espectacular en la Audiencia Provincial de Ávila. Todos los actos estuvieron programados con esmero y exquisita precisión y delicadeza. La visita comenzó en los Juzgados de Ávila donde junto a nuestro amigo, Fernando López del Barrio, estaban el Presidente de la Audiencia, Javier García Encinar, la Fiscal  Carmen Barberán López y el Abogado defensor Alfredo Sánchez. Allí nuestros chicos conocieron en vivo y en directo los calabozos y sé que quedaron bastante impresionados. Bueno…diré que los chicos y las personas que les acompañaban de nuestra Casa. Es cierto que entrar en un espacio oscuro, pequeño y con una puerta especial, de primeras impresiona. Si además le añades que es un lugar en el que estás privado de libertad….eso impone, sobrecoge y hace pensar. Exactamente eso es lo que sintieron.
Posteriormente todos acudieron a la Audiencia Provincial donde Javier con una actitud propia de un docente, explico con todo tipo de detalles el majestuoso cuadro que hay en la escalinata de la Audiencia. Lo hizo con mucha empatía, naturalidad y conociendo bien quienes eran sus interlocutores. Fue una interesante y cercana clase de historia de España impartida por un juez que es el Presidente de la Audiencia. Los chicos de la Casa Grande le entendieron perfectamente, tanto, tanto que hubo preguntas y respuestas acertadas.
¡Fue un momento de integración e inclusión!. Ojalá los jueces y funcionarios de la administración de justicia siempre supieran tener un lenguaje coloquial y de fácil entendimiento para con las personas con capacidades diferentes. A esta sociedad le queda mucho por aprender para hacer justicia a las irregularidades que se cometen con este colectivo tan sensible y vulnerable. Pero bueno… esta actitud nada tiene que ver con lo  vivido  el otro día. Todo lo contrario, creo que en esa mañana todos, y cuando digo todos me refiero a las dos Instituciones,  aprendimos  mucho unos de otros y eso suma y sirve para dar valor añadido a ambas.
A continuación de esta clase tan humanista, entramos en la “Gran Sala” como dicen los chicos donde tuvo lugar el juicio sobre un robo en una vivienda.  Allí estaba el acusado, Carlos Santiago,  como presunto autor del robo. Allí se encontraba el jurado encargado de emitir un veredicto y también en ese lugar permanecían atentos el público formado fundamentalmente por personas  que viven y otros que trabajan en la Casa Grande de Martiherrero.
Quiero dar las gracias a los agentes que estuvieron en la sala: Ana Pulido González y Alfredo Rey Castro que prepararon la sala con exquisita profesionalidad a la vez que llamaron y atendieron a los testigos que subieron a testificar. Fue un acto lleno de verdad, emociones llenas de visceralidad pero también a veces, muy cerebrales. El Presidente de la Audiencia, la Fiscal y el Abogado Defensor han conseguido acercar la justicia a los que la ven lejana. Han logrado hacer pensar con objetividad a personas que están etiquetadas porque alguien cree y dice que no saben pensar. ¡El jurado supo deliberar pensando desde la razón y no desde el corazón!
Fue una jornada inolvidable que se cerró con la actuación en la escalinata de la Audiencia del Coro de la Casa Grande de Martiherrero en donde demostraron sus capacidades y habilidades musicales conseguidas a través del esfuerzo, la paciencia, el tesón y de las ganas que tienen de demostrar lo que valen y son capaces de hacer.
Gracias a todos los que han hecho posible que estos chicos conozcan en primera persona el significado de la palabra justicia, gracias por hacerles comprender que cuando se habla de los derechos de las personas también va implícita la palabra obligaciones de dichas personas, porque como yo les digo:”vuestros derechos son mis obligaciones, pero no olvidéis que mis derechos son vuestras obligaciones”.
Gracias especiales y de corazón a D. Fernando López del Barrio por pensar tanto y con tanta pasión en esta Casa. Hace ya un tiempo que nos vimos por primera vez y su relación con estos chicos cada vez es más especial y hasta mágica. Gracias a él nos visitó el Presidente de la Audiencia Provincial de Ávila y  de verdad, que fue una visita tan emotiva y entrañable que ..”el tal señor” D. Javier García Encinar se ha convertido en nuestro amigo Javier, el juez de Ávila que acerca la justicia a los jóvenes y además… ¡ lo consigue porque lo vive y sabe hacerlo bien”.  Es una cualidad que no posee todo el mundo y por eso ser su amigo es un lujo y un privilegio.
Desde la Casa Grande de Martiherrero  y en nombre de todos ellos gracias de corazón JAVIER.

viernes, 17 de noviembre de 2017

¡CÓMO HAN PASADO LOS DÍAS!



Hola..., están ahí? Sé que nos siguen porque los sentimos, aunque no nos veamos, y eso es lo que importa.
Hace mucho que no escribo pero es que va todo tan rápido, suceden tantas cosas en esta Casa que, a veces, necesitaríamos que el día tuviera más horas.
Nosotros seguimos aquí sin parar, moviéndonos al mismo ritmo que como vemos pasar los días y en definitiva la propia vida. Así que, como no podía ser de otra manera, vamos viviendo llenos de sentimientos encontrados, con muchas alegrías y con algunas penas producidas por el vacío que dejan los que se van.
Hace un mes nos dejó para siempre nuestro querido Jorge Gallego. Se fue en silencio, como era él. Aguantó la enfermedad con fuerza y dignidad. Nadie le enseñó a ser fuerte, le hizo aprender a serlo su propia vida y... ¡mira que tenía pocos años! Tenía unos ojos grandes y profundos que protegía junto a sus largas pestañas. Todo ello hacía que tuviera una mirada para mí llena de misterio, a la vez que trasmitía dulzura cuando sonreía. ¡Cuántas personas se nos van yendo poco a poco! Allá donde estén, sé que cuidan de toda esta CASA, porque estoy convencida de que nos ven y nos siguen. Besos a todos y uno especial para ti, Jorge.
Por otra parte, también viene habitantes nuevos a nuestra casa y eso está bien porque nos marcan nuevos retos y también nos hacen estar abiertos a otras formas de ver las cosas. Deberían ser nuevas motivaciones para los profesionales de esta Casa. Cada persona es un mundo y viene con su mochila a la espalda, unas más llenas que otras, pero vienen. Aquí estamos creyendo en nuestras posibilidades y en nuestra manera de formar y enseñar a nuestros chicos. Aquí seguimos inventando sueños a base de magia y poniendo esfuerzo y entusiasmo para conseguirlo.
Con tesón hacemos teatro.
Con paciencia surgió un coro musical.
Con esfuerzo recorremos caminos rutas y senderos.
Con mucha profesionalidad hemos conseguido montar un certamen de teatro cada vez más esperado y concurrido.
Con mucha profesionalidad hemos conseguido que el Coro de la Casa Grande actúe en los lugares donde se les llama y se les admira.
Con mucha profesionalidad el grupo de senderismo de esta Casa participa en rutas específicas con grupos de prestigio, como es el Almanzor.
Así proseguiremos y, sin duda, avanzaremos llegando a donde haga falta para que nuestros chicos tengan la dignidad que les corresponde.
¡Que nadie lo ponga en duda!
Ahora se puede decir que la experiencia y los hechos nos avalan.
Como verán merece la pena que Vds nos sigan y hasta nos tengan un poquito de afecto, porque como dice la canción: “cómo han pasado los años, cómo cambiaron las cosas y aquí estamos, lado a lado como la primera vez. Cómo han pasado estos años, las vueltas que dio la vida...”, pero mereció la pena.
Gracias por seguirnos y por apoyar a estos chicos, que no dudo que también ya son un poco suyos.
¡Es un placer sentirles cerca!