jueves, 16 de marzo de 2017

TARDE DE EMOCIONES, SONRISAS Y LAGRIMAS.



Hace una semana me prometiste que tu primera visita después de nombrarte obispo sería aquí, a tu Casa Grande, a estar con todos los tuyos: chicos y trabajadores y …así ha sucedido. Has llegado como siempre, como no podía ser de otra manera, tranquilo y con cara risueña y llena de paz.
Hemos estado en nuestro despacho que es el de todos los que aquí vivimos. ¡Madre mía, todo lo que escuchan estas cuatro paredes! Sólo faltaba la conversación de hoy para hacerle aún más humano a la vez que solemne. Otra vez los cuatro aquí juntos como tantas y tantas veces. Cuatro personas muy diferentes, extremadamente diferentes, pero con los mismos principios a la hora de llevar a cabo una gran obra.
La llegada al salón de actos ha sido muy entrañable. Estaba lleno, muy lleno de chicos y trabajadores. Querían y necesitaban verte, abrazarte y observar como estás. Eres muy suyo, muy de su familia y te quieren. Les has contado lo que te ha pasado, como ha sido y todo lo que queda por pasar. A tus chicos les has hablado desde la cercanía y con mucho cariño. ¡Sabes comunicar muy bien con ellos, no en vano son muchos años de compartir cosas entre vosotros!
A los trabajadores las palabras han sido de calma y tranquilidad, lo has hecho en un tono lleno de satisfacción y con mucha vehemencia. La “obra” se queda bien cimentada, llena de humanidad y con mucha transparencia. Nadie, ninguna persona, puede poner en duda la huella que dejas; podrán decir que no se te veía mucho aquí, pero nunca dirán que no estabas aquí. Supiste ganarte a la gente, supiste conseguir su cariño, te colaste en su corazón y has logrado quedarte en sus vidas.
Te llevas regalos de un valor infinito. Los trabajadores han querido estar presentes en tu vida futura, quieren que les recuerdes en tu día a día. Los chicos han conseguido sacar lo mejor que tienes: tu humanidad, esa cualidad que no todo el mundo te ve pero que aunque a veces esté escondida y tapada, aquí sabemos que existe y que va innata en ti. La verdad es que José Luis Retana en esta Casa ha sido muy él, muy auténtico, muy de andar por casa y eso se agradece y queda para siempre.
El Coro de la Casa Grande te ha cantado como los ángeles, sé que muchas veces, cuando allí en la catedral de Plasencia, escuches cantar el Ave María, inevitablemente volverán a tu memoria las notas musicales de estas voces tan llenas de esfuerzo, de ilusión y de ganas de hacerlo bien. Son voces que están llenas de respeto y de sacrificio.
Hemos rezado juntos y con tu bendición nos has dado paz y fuerzas para seguir recorriendo el camino que hace tiempo decidimos que debía hacer la Casa Grande de Martiherrero.
Ha habido fotos para el recuerdo, mensajes para nuestro buen hacer diario, abrazos para coger fuerzas, reconocimientos que valoran a las personas y lágrimas

, muchas lágrimas por el amigo que se va, lágrimas llenas de emoción que entremezclan los sentimientos y que duelen, duelen mucho porque sabemos que algo se acaba.
Ha sido una gran tarde para dedicársela a un Director General, que supo ser amigo de todos y que se queda en la memoria aunque se vaya de obispo de Plasencia.
La Casa Grande de Martiherrero te agradece José Luis Retana, tu profesionalidad y tu dedicación para la sostenibilidad de esta Institución. “Siempre contigo y en nuestro recuerdo”.










jueves, 9 de marzo de 2017

LA CASA GRANDE DE MARTIHERRERO Y JOSE LUIS RETANA



Hoy es un día muy importante para esta Casa y para todos los que la formamos. Eran las doce de la mañana cuando nos enterábamos del nombramiento de José Luis Retana como Ilmo y Rvdmo Obispo de Plasencia. Esta noticia nos crea muchos sentimientos encontrados de alegría y de tristeza, pero así es la vida.

Hace casi diecisiete años los dos nos volvimos a reencontrar y no precisamente en una situación tranquila, sosegada y llena de paz… ¡más bien todo lo contrario! Me consta y sé que cuando nadie, absolutamente nadie, creía en este proyecto, en esta noble causa, en esta Institución… apareciste Tú para hacerte cargo de una tarea difícil, llena de problemas y con pocas soluciones a primera vista.

Formamos un equipo y empezamos a trabajar duro, muy duro, sin vislumbrar la luz ni de cerca ni de lejos. Nadie creía ni en lo que decíamos ni en lo que queríamos hacer, pero nunca decaímos en nuestro empeño. ¡A veces la soledad de los que dirigen es excesivamente agria! Pasaron días y días llenos de nubarrones y así hasta años después no empezamos a ver algún resultado. Pero bueno... el equipo funcionó, la buena química y la empatía estuvieron presentes y así pudimos cumplir nuestros objetivos.


Han sido años de mucho contacto con la Junta de Castilla y León a través de la Gerencia de Servicios Sociales ¡cuántas conversaciones con personas de la Gerencia y cuántas charlas con amigos de Feaps Castilla y León en aquellos tiempos! Han sido años de mucho dialogo con los profesionales de esta Casa,  de negociaciones con los sindicatos, de tardes enteras hablando entre nosotros, de exposiciones detalladas a nuestros asesores de LEX. Así fueron pasando los meses y algún que otro año y, un buen día, te alejaste un poco porque te fuiste de Rector del Seminario de Ávila a Salamanca, pero es cierto que este lugar de Martiherrero ya había calado dentro de ti, estos chicos marcan mucho la vida de una persona dejando una huella infinita.


Nunca te olvides de que han sido las personas que con más dulzura te han hablado y también los que te han mirado con unos ojos alegres y limpios. Te han contado su vida, sus amores, sus celos y regaños entre ellos, sus nostalgias, su falta de cariño y te han dado todos los besos y abrazos que a muchos de ellos les robaron. Te han querido como amigo, padre, hermano, como Don José Luis y como José Luis a secas; así seguirás siendo para ellos aunque no te vean. Cuando les he dicho hoy tu buena nueva, unos aplaudían, otros como Raquel lloraban y otros estaban tristes. Saben que te vas, que esto es un premio para ti pero también presienten que vuestros caminos se separan y que ya no estarán tan presentes en tu vida. Hoy alguno decía que José Luis se va porque al Papa Francisco le gustó mucho como era cuando nos recibió en el Vaticano. Este recuerdo es y será imborrable en su corazón por todo lo que allí vivieron junto a todos los que estuvimos con ellos.


En fin… el tiempo ha pasado, tú volviste de Salamanca y te convertiste en párroco de San Pedro Bautista y así iniciaste tu nueva andadura pero siempre vinculado a esta Institución aunque fuera desde la sombra y en la distancia. El equipo ha funcionado hasta el final, ha habido complicidad y cariño. Siempre hemos buscado los mismos objetivos: dar calidad de vida a nuestros chicos, ayudar a las familias y estar al lado de los profesionales… y todo esto desde la legalidad y transparencia más absoluta.


Hace dos años celebramos las bodas de oro de esta Institución y en ese momento es cuando realmente nos dimos cuenta de que todo el esfuerzo mereció la pena. En ese año culminó el reinventarse el Centro de Educación Especial Santa Teresa en la Casa Grande de Martiherrero. No te equivocaste al hacerte cargo de esta Entidad aunque te haya quitado horas de sueño y te haya dado preocupaciones. ¡Mereció la pena José Luis!


Ahora ha llegado el momento de separarnos, llegan las despedidas y la distancia.  Ojala allá donde vayas  encuentres a personas que te quieran tan desinteresadamente como lo han hecho aquí, ojala te rodees de equipos fieles, coherentes e íntegros, ojala te acompañen las fuerzas y la ilusión para tus nuevos proyectos.


Gracias por confiar en este equipo que hemos sido, gracias por dejar hacer, gracias por tus silencios y  gracias por tus palabras. Sé que dicen que “la distancia es el olvido”….pero estoy convencida de que en este caso no ocurrirá así, porque esta Casa une a las personas, porque esta Casa crea lazos muy fuertes y porque esta causa que se lleva a cabo aquí, es tan fuerte y tan grande que nadie que pase por ella puede olvidarlo jamás aunque sea desde la distancia.


En nombre de todos…. FELICIDADES Y ENHORABUENA JOSÉ LUIS RETANA y, por mi parte, gracias por tu cariño y amistad, ha sido un placer trabajar juntos. Hasta siempre.



Un abrazo.

PURA ALARCÓN