Buenos días:
Gracias
por estar aquí hoy a nuestro lado con motivo de la celebración del día de la
Casa Grande.
Nuestro
más sincero agradecimiento a todas las personas que, desde diferentes
estamentos, han querido venir hoy a este lugar para “estar juntos” e
intercambiar reflexiones.
Podría
saludar a cada uno de Vds y hacerlo de manera protocolaria, pero hoy no toca.
Hoy todos los que están aquí tienen la misma importancia. Da igual el título o
leyenda que haya al lado de cada uno de Vds. Lo único que importa hoy aquí son
sus nombres y que son amigos de esta Casa. Una Casa que es tan Grande y que
está por encima de tantas cosas, que no entiende ni sabe de ideologías ni
rivalidades; solo habla de personas íntegras, de amigos generosos y de justicia
social.
Mañana
hace un año que nos reunimos aquí para celebrar un hito histórico en la vida de
esta institución: sus 50 años. Ya estamos en los 51, y aquí seguimos llenos de
ilusiones, con ideas nuevas, realizando proyectos y también con los pies en la
tierra y, a veces, teniendo que tener la cabeza fría para seguir siendo válidos
a una sociedad que en algunos momentos es difícil de entender. Eso sí, seguimos
mirando al futuro con optimismo y entusiasmo.
El
año 2015 ha sido un año especial, pero no solo por cumplir 50 años, no. Lo
mejor de todo es que ha sido el momento en que la sociedad abulense descubrió
una CASA con mayúsculas y, además, reconoció la labor llevada a cabo,
situándola en el lugar que desde siempre la correspondió por derecho y por
rigor histórico.
Nuestro
encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano nos dio el espaldarazo para
continuar soñando, para creer en las causas imposibles y para elevar nuestro
compromiso de servicio a los demás.
Vivimos
tiempos difíciles y proteger y aislar a esta Casa de lo que sucede en nuestra
sociedad no es posible ni sería bueno. Cuando la realidad es la que es y la
actualidad, en lo que se refiere al sistema económico, nos abruma por lo que
afecta a los servicios sociales de los que dependemos, en ese momento es cuando
hay que tener las ideas muy claras y hacer una declaración de intenciones que
sea real y efectiva.
La
Casa Grande no se dejará manipular por nadie ni tampoco dejará que se haga
demagogia con ella ni a través de ella.
Debemos
tener seguridad en nosotros mismos y no desconfiar de nuestras capacidades.
Desde aquí diremos no al miedo de no poder superar las dificultades y los
retos. Este lugar está habitado por personas únicas, válidas e irrepetibles.
Porque
vivimos tiempos llenos de interrogantes, esta Casa no quiere, ni puede, ni debe
crearse muchas necesidades. Hemos aprendido a simplificar la vida y a disfrutar
cada día de lo que merece la pena. La crisis de valores y de pensamiento que
vivimos nos lleva, más que nunca, a tener mucha coherencia, espíritu de equipo
y buen entendimiento entre todos.
La
respuesta a las personas con capacidades diferentes llegará hasta donde pueda y
quiera darnos la administración y también hasta donde queramos nosotros, si es
que en algún momento nadie creyera en la defensa de esta causa.
La
Casa Grande continuará potenciando ilusiones y tratará de ser comprensiva con
situaciones que son difíciles de entender. Ojalá esta Casa sea el hogar de
muchas personas que llegaron aquí siendo niños y que ahora, cuando la vida ya
ha pasado por ellos, alguien les vuelve a cambiar el guión, desubicándoles de
sus propias raíces. Respetamos las decisiones que a veces utiliza la
administración, aunque no las entendamos y hasta no las compartamos. Aún así,
seguiremos siendo muy tolerantes porque ese es nuestro estilo. Esta actitud nos
diferencia y nos hace más libres.
Poner
en funcionamiento todos los días esta Casa es un arduo trabajo y una difícil
tarea. 100 trabajadores se ponen al servicio de 130 personas para que vivan su
vida, para que piensen y, sobre todo, para crear sonrisas y esperanza. Es
maravilloso poder hacerlo, pero creanme que es muy extenuante el pensar cómo
llevar a cabo todos los planes para lograr nuestros objetivos. Todo esto lo
hacemos desde aquí, una entidad de iniciativa privada que creyó que podría ser
útil a una sociedad necesitada.
A
vosotros, padres, madres, hermanos y tutores de nuestros chicos y chicas, os
pido que permanezcamos unidos y que caminemos en la misma dirección por el bien
de todos. Tenéis que demostrarles que son importantes y también valorar sus
esfuerzos y sus logros. Sus fallos hay que verlos como una parte de su
aprendizaje. No solo hay que señalar debilidades y defectos. Sois sus referentes
en la vida que viven; esa es vuestra misión. Recordad que se trata de su vida,
no de la vuestra, se trata de su futuro y no de vuestro presente. Hay que
activar sus buenos sentimientos ante la posible manipulación del entorno.
En
esta Casa sepan Uds, padres y madres, que se fijan normas, hábitos positivos y
también límites. A veces hay que decir que NO, como forma de educar y hay que
decir que SI al respeto, la tolerancia, el sentido de la justicia, la sencillez
y la sobriedad.
A
vosotros, empresarios amigos y colaboradores de esta institución: Gracias,
muchas gracias por vuestro esfuerzo e interés por nosotros. Vuestra actitud
tiene un valor infinito hacia esta Casa. Eso os hace mejores personas y os da
mejor reputación como empresarios.
Agradecemos
mucho vuestra mano tendida y vuestra capacidad para escucharnos.
Por
lo que respecta a los profesionales de esta institución ¡Que os puedo decir que
ya no sepáis! Este lugar es vuestro y nuestro y la persona que no lo considere
así es que no sabe dónde está. Sabed que aunque representemos roles diferentes,
deberíamos perseguir los mismos objetivos.
Somos
muchos y no siempre todo es tan maravilloso como se pretende o se sueña. Porque hacéis cosas os equivocáis y hasta
desanimáis. El que no hace nada, nunca se equivoca, aunque sabed que esa
actitud es la mayor de las equivocaciones.
Esta
dirección trabaja desde la trasparencia para con todos vosotros, respeta
vuestros derechos que son nuestras obligaciones y, ademas, muchas, muchas
veces, se olvida y aleja de sus propios derechos, tratando de que vosotros
podáis conciliar más vuestra vida laboral y familiar. Es cierto que no siempre
es posible, pero eso son las menos veces.
¡Ojalá
que a través de la honestidad, integridad, la justicia, el diálogo y el trabajo
en común, sepamos continuar por el camino del entendimiento y de las
negociaciones como hasta ahora!
A
los chicos y chicas que vivís en esta Casa, sabed que vuestras sonrisas,
abrazos e incluso vuestros sollozos, son la fuerza que necesitamos para haceros
ciudadanos de pleno derecho.
Ponemos
un poquito de nuestra vida para compensar la vuestra. Sois nuestro motor,
nuestro proyecto y nuestro premio. Nuestro primer objetivo es que
definitivamente seáis visibles en una sociedad que durante mucho tiempo os hizo
invisibles.
Señores
y señoras, un año más todos los que estamos aquí, sabemos y debemos hacer
nuestros deberes, cada uno desde el lugar que nos ha tocado.
Somos
responsables de un grupo de personas que tienen nombre y apellido y que viven
su vida de acuerdo al guión que otros les escribieron... ¿Hasta cuándo? La
respuesta está en nuestras manos y queda en el aire.
Les
emplazo dentro de un año, en este mismo lugar, para celebrar el día de la Casa
Grande de Martiherrero en su 52 aniversario.
Gracias.