Hoy ha sido un día fantástico y mágico en la Casa Grande. Levantarse hoy para algunos no ha sido tan duro y con tanto esfuerzo.
Hoy es la primera visita a nuestra casa. Lo tenemos todo organizado para estrenarnos con nuestra nueva actividad: "Conversando con..."
El mes de febrero lo hemos dedicado al ciclismo, y quien mejor para cerrar este mes que D. Carlos Sastre.
La visita ha sido muy entrañable y emotiva. Nosotros hemos alucinado por ver que alguien tan importante haya querido venir a ver nuestra casa.
Ha estado en los talleres viendo como trabajamos y lo que hacemos. Luego ha subido a nuestra casa y, allí en nuestro salón, hemos hablado mucho con él. ¡Ah! y él con nosotros también.
Ha molado mucho su visita. Ha venido como personaje famoso para nosotros y se ha ido como un amigo de nuestra casa.
Gracias Carlos por venir a esta casa que ya es la tuya. Gracias por las sonrisas que se han dibujado en más de un centenar de rostros que miraban en nuestro salón.
Hoy puedes dormir muy tranquilo y orgulloso, porque una vez más has logrado una victoria. Sabemos que tú estás acostumbrado a los triunfos, pero este de hoy ha sido especial. Seguro que es nuevo en tu curriculum. Nosotros te damos el mejor título que se puede conceder: ¡el de buena persona!
Vuelve cuando quieras y ya sin llamar a la puerta, porque cuando uno llega a su casa... entra y punto!
sábado, 28 de febrero de 2015
jueves, 26 de febrero de 2015
RUEDA DE PRENSA. PRESENTACIÓN 50 AÑOS
DISCURSO Dña. PURA ALARCÓN (Directora Gerente)
Buenos días:
Creo
que a mí me toca hablar de lo que es esta Institución en la actualidad.
Para
muchos es el Centro de Educación Especial Santa Teresa, para algunos es el
colegio de Martiherrero y para otros es el gran desconocido.
Pues
bien, yo les quiero decir que en realidad somos una gran familia formada por
130 chicos y chicas a los cuales ayudan, educan y forman 100 personas que
trabajamos allí.
Y
ese “allí” tiene un significado especial. Martiherrero no es un centro, ni un
internado ni una residencia. Simplemente es una CASA GRANDE habitada por una
gran familia.
Y
entiéndanme bien el significado de casa: es un lugar con vida propia, una casa
donde el día a día está lleno de paz y sobresaltos, de risas y llantos, de
esfuerzos y recompensas, ... En definitiva una casa grande con tanta vitalidad
y con tanta fuerza dentro de ella, que es capaz de envolvernos a todos los que
allí convivimos día a día.
Esta
Casa Grande está abierta desde hace 50 años. Es un número redondo, con mucho
significado y al cual, a veces, es muy complicado llegar pero, sobre todo,
llegar bien.
La
Casa Grande de Martiherrero ha tenido en estos 50 años muchas luces pero
también muchísimas sombras. Pero, señores y señoras, aquí estamos, con las
puertas de nuestra casa abiertas como lo han estado desde hace 15 años, y como
van a permanecer durante todo este años 2015. Van a estar abiertas de par en
par para todo el que quiera venir a ver lo que hacemos. Nuestras herramientas
son la profesionalidad, el respeto y la humildad.
Esta
casa, como ocurre en todas las familias a lo largo de su vida, ha pasado por
épocas buenas, regulares y, por qué no decirlo, hasta malas. En muchas casas y
en muchas familias hay momentos en los que se toca fondo y ahí es donde se toma
impulso, a base de esfuerzo y sacrificio, para salir a flote y, sobre todo,
renovados.
Siempre
he dicho que todos los que trabajamos en esta Casa Grande somos los sustitutos
de un padre y una madre, con todas las connotaciones que tienen esas dos
palabras.
Ser
padre y madre no necesita de títulos, es una cuestión de actitud con C, es
poner el alma y el corazón en la misión encomendada. Y les aseguro que en esta
casa, los 100 trabajadores a los que represento en este momento, y algunos de
los cuales están aquí, lo hacen de una manera extraordinaria.
La
gran fortaleza de los muros de esta Casa son los trabajadores, las personas
responsables de que los chicos y chicas que viven en ella, sean un poquito más
responsables de su propia vida y lo hagan con seguridad y creyendo en sus
capacidades.
Ahora
bien... ¿qué es lo que vamos a hacer este año?
Muchísimas
cosas que iremos comunicando a lo largo del año. Nos vamos a ver mucho.
Hoy
les puedo decir que es un día especial para nosotros porque presentamos nuestro
logotipo, la marca CASA GRANDE DE MARTIHERRERO. Gracias a Esther Martín,
nuestra asesora de comunicación y marca durante todo este año. Gracias por su
profesionalidad pero, sobre todo, por su implicación en este proyecto.
Por
otra parte dentro de las acciones del plan estratégico de comunicación y marca
para este año, hoy es el momento de anunciar:
La
I muestra de teatro abierta a todos los colegios, institutos y demás estamentos
sociales. Las actuaciones se realizarán en nuestra casa y estarán abiertas a
todo el público.
También
ponemos en marcha el voluntariado social y el voluntariado empresarial.
Asimismo,
a través de las redes sociales de nuestra página web iremos haciendo más
visible nuestro día a día. (www.lacasagrandedemartiherrero.com)
Por
otra parte para el mes de noviembre presentaremos el libro de los 50 años de la
historia de Martiherrero.
Les
comunico que en nuestra página de internet vamos a tener venta online de todos
los trabajos llevados a cabo por nuestros chicos y chicas. Por ejemplo creación
de juguetes de madera. Este tipo de venta es cierto que es importante para las
personas que formamos, pero también lo es para las empresas que quieran
sentirse partes importantes en la implicación social y sin muchos costes
añadidos como consecuencia de las desgravaciones fiscales que existen.
Les
diré que dentro de nuestras jornadas de puertas abiertas, vamos a tener visitas
importantes y entrañables a nuestra Casa. Mañana nos estrenamos con D. Carlos
Sastre, que ya les digo que será nuestro embajador en todo lo relacionado con
el deporte que se realice todo el año.
Nuestro
proyecto lúdico-educativo conocido como “Senda botánica” va a estar presente
todo el año. Será visitado no solo por estudiantes de Ávila; este año pegaremos
el salto a la sociedad nacional. En este proyecto lo importante es que por
primera vez personas con capacidades síquicas diferentes enseñan a chicos y
chicas con capacidades normales.
Este
proyecto fue un reto lleno de esperanzas. Nos ayudó la Universidad Católica de
Ávila y lo conseguimos gracias a un decano con corazón que creyó en los
nuestros y ahí continúan impartiendo lecciones sobre árboles y botánica. Allí
donde estés, GRACIAS Pedro Díaz, nosotros seguimos rindiéndote homenaje.
Como
en todas las casas, da igual grandes o pequeñas, celebraremos nuestro
cumpleaños. Pero este año mucho más y muchas veces. Lo haremos en veranos
cuando el tiempo nos permita utilizar nuestros jardines para que tengan cabida
muchas personas, todas las que nos quieran visitar y acompañar. Seremos
anfitriones para todos y estaremos encantados de recibirles.
En fin... esto es lo que hay. Seguiremos
informándoles casi de manera permanente. Gracias por estar aquí, gracias por
permitirme decirles quiénes somos y qué hacemos.
No
piensen que han perdido el tiempo durante estos minutos. Todo lo contrario:
Acaban
de conocer una Casa Grande abulense, donde conviven día a día casi 250 personas
con la única misión de que algunos de ellos vivan la vida en primera persona,
siendo cada vez más yo y menos tu.
Una
Casa Grande donde los profesionales que tratan de conseguir ese reto, cada vez
tienen más sentimiento de pertenencia a una marca que busca, entre otras cosas,
acabar de implantar lo que podríamos llamar “el milagro de los recursos
humanos”: conciliar la vida laboral y familiar, conciliar la Casa Grande con la
propia de cada uno de nosotros. Hay que decir que cada vez lo conseguimos más
veces y de una manera más óptima.
Somos
una gran familia, orgullosos de pertenecer a una marca que está viva y muy
activa. Una marca con alma y mucho corazón. Somos una marca humana y, por eso,
a veces las cosas no han salido bien del todo.
RUEDA DE PRENSA. PRESENTACIÓN 50 AÑOS
DISCURSO DE D. JOSÉ LUIS RETANA (Director General)
Buenos días:
Es
importante para entender bien la historia de esta institución tener memoria
histórica y situarse en la segunda mitad del siglo XX. En aquella España que en
1965 empezaba a ver algo lejos aquel periodo de la postguerra.
La
sociedad española en esos años vivía llena de sacrificios y con muchas
carencias debido a la denostada situación económica. Situaciones que hoy
consideramos normales, en aquellos años eran un lujo al que tenían acceso unos
pocos.
En
cuanto a la educación especial se observa que una vez que el Ministerio de
Educación crea el Patronato de Educación Especial, se podría decir que se
empieza a perfilar un nuevo panorama para las personas con discapacidad. Se les
reconoce el derecho a recibir una educación con fondos públicos. En principio
empiezan recibiendo becas, pero lo que no existían son centros donde poder
recibir una formación.
Cáritas
se pone al frente de esta situación y, como ya se ha dicho, intenta buscar
soluciones. A 5 km. de Ávila y cerca de Martiherrero existe una finca en la que
en 1897 se había creado un balneario. Como anécdota diré que al político
Sagasta le gustaba pasar muchas épocas en ese balneario. Por él pasaron muchas
personas de la alta burguesía para descansar.
Con
el inicio de la Guerra Civil española este lugar pasó a ser base de
destacamentos militares y cárcel de prisioneros.
Una
vez finalizada la guerra experimenta un giro radical pasando de ser un hotel de
lujo a convertirse en un sanatorio perteneciente al Patronato Nacional
Antituberculosis. De esta época data el estupendo solárium construido a lo
largo del edificio principal del centro. En estas instalaciones llegaron a
estar hasta 450 enfermos. En torno a los años 60 es cerrado como consecuencia
de haber sido erradicada en gran parte la tuberculosis en España.
Para
D. Bernardo Herráez y para las personas de Cáritas que están ayudando a buscar
soluciones al problema de las personas con discapacidad intelectual, esta finca
sería la ideal para situar el colegio de educación especial.
Se
comienzan las gestiones para ver de qué manera este lugar, que pertenece al
Patrimonio Nacional del Estado, pudiera ser cedido a Cáritas para llevar a cabo
la labor que tenía en mente.
Se
recurre a la Diputación Provincial de Ávila que actuó solamente como organismo
de enlace, estando dispuesta a ser depositaria de los inmuebles. El Ministerio
de Gobernación de España cedió los terrenos a la Diputación de Ávila para que
esta, a su vez, firmara un concierto con Cáritas diocesanas de Ávila, a quien
se le entregaba esta finca con la única y gran finalidad de llevar la gestión,
el funcionamiento técnico y la dirección del centro de Educación Especial Santa
Teresa.
Dicho
concierto se firma para un periodo de 99 años y está destinado única y
exclusivamente para la labor desarrollada con personas con discapacidad
síquica.
En
junio de 1964 aparece en el Diario de Ávila una nota de la Diputación
Provincial donde se explica que el antiguo sanatorio de Martiherrero ha sido
cedido a Cáritas diocesanas de Ávila para crear un centro de educación
especial.
Con
objeto de dar comienzo a las actividades del centro, se procede, en primer
término, a una profunda desinfección de todos los locales. Rápidamente se
comienzan las obras más urgentes de retejado, fontanería, carpintería, pintura,
etc...
El
mobiliario escolar lo proporcionó el Ministerio de Educación y se procede al
montaje de todo el mobiliario del internado: camas, colchones, mantas, mesas,
sillas, vajillas y elementos de cocina.
El
centro deberá ser mixto y acogerá a niños y niñas con una discapacidad síquica
entre el 40 y el 80%. Será un centro eminentemente escolar, con clases
complementarias de formación profesional.
Se
solicita a la Dirección General de Primera Enseñanza del Ministerio de
Educación la creación de siete aulas de educación especial. Se demuestra que
los locales, aunque necesitados de arreglos, están dignos para su nueva
utilidad.
También
se cuenta con las personas tituladas en Magisterio para llevar a cabo la tarea;
con posterioridad realizarían los cursos implantados por el Ministerio de
Educación sobre pedagogía terapéutica.
Pero,
sobre todo, se cuenta con el personal directivo que aporta Cáritas diocesanas
de Ávila, así como con sus posibilidades económicas, que son imprescindibles
para comenzar este proyecto.
En
febrero de 1965 se reúne por primera vez, en los locales de Cáritas, el
Patronato del Centro de Educación Especial Santa Teresa de Martiherrero, bajo
la presidencia de D. Bernardo Herráez Rubio, delegado de Cáritas, y respaldado
por el obispo de la diócesis.
El
curso 1965/66 fue el primero, el más costoso en esfuerzos y el menos numeroso
en alumnos.
El proyecto ya estaba en marcha, mantenerlo era la
esperanza, y hacerlo bien tenía que ser un reto.RUEDA DE PRENSA. PRESENTACIÓN 50 AÑOS
INTERVENCIÓN DE D. JESÚS GARCÍA BURILLO (Obispo de Ávila)
Buenos días a todas las personas que han querido acompañarnos hoy aquí y muchas gracias por escucharnos.
Hoy nos reunimos por un motivo importante para la Diócesis: nuestro centro de Educación Especial Santa Teresa de Martiherrero cumple 50 años en este 2015.
En el año 1965 Ávila era una ciudad de unos 25.000 habitantes, con pocos recursos económicos al igual que ocurría con otras muchas ciudades españolas.
La
Iglesia de Ávila, dirigida en esos años por el Obispo D. Santos Moro Briz,
siempre estuvo presente a la hora de prestar apoyo y ayuda a la sociedad de
Ávila y su provincia. Existían grandes diferencias entre la sociedad urbana y
la rural.
Si
este era el ambiente para lo que se consideraba sociedad normalizada, excuso
decir cuál era la situación por la que atravesaban las personas con algún tipo
de discapacidad, es decir, para los tan mal llamados subnormales, deficientes,
y hasta tontos. Estas personas eran bastante numerosas dentro del medio rural
abulense.
Son
años duros y difíciles y sin ningún tipo de cobertura o, por lo general, muy
poca por parte del Estado para cubrir estas necesidades. No hay servicios
sociales... Es la época en la que la Iglesia desempeña un papel de suma
importancia para llegar a los hogares que pasan por situaciones extremas.
No
se debería minimizar el papel desempeñado en estos tiempos por sacerdotes y
religiosas.
Y
esto es lo que ocurrió en Ávila. Podríamos decir que Cáritas de Ávila, a través
de su delegado D. Bernardo Herráez, y arropado en todo momento por D. Santos
Moro Briz, obispo de la diócesis, se puso al frente de esta grave situación por
la que atravesaban muchas familias abulenses, tratando de buscar soluciones y crear
nuevas formas de vida para las personas con discapacidad.
Siempre
contaron con la ayuda de personas muy vinculadas con Cáritas como es el caso de
D. Alfredo Abella y D. José Santacana.
Desde
la diócesis, y a través de Cáritas, se trabajó de manera incansable para
alcanzar el objetivo que se habían propuesto: atender a todos los chicos y
chicas con alguna discapacidad y darles una vida digna. En esos años no se
hablaba de calidad de vida para las personas con discapacidad intelectual.
Primero había que darles una vida digna y considerarles personas iguales a los
demás.
Cáritas
se lo propuso, trabajó de manera incansable para lograrlo, contó con un equipo
extraordinario formado por sacerdotes y seglares, y, con la ayuda del obispo de
la diócesis, este sueño se convirtió en realidad en 1965.
Aquí
también habría que destacar el papel desempeñado por la Excma. Diputación de
Ávila, haciendo de intermediaria entre el Ministerio de la Gobernación y
Cáritas de Ávila para conseguir la finca de Martiherrero y darle la finalidad
perseguida de convertir aquellos terrenos en un colegio de Educación Especial.
Comenzaron
las clases con 8 niños y en pocos años llegaron a atender hasta 300 niños y
niñas..
Durante
todos los años esta Institución diocesana siempre ha contado con determinados
medios y con el respaldo de la diócesis para garantizar su funcionamiento.
Esta
Institución siempre estuvo dirigida por sacerdotes: D. Celedonio López, D.
Jesús Romero, D. Isidoro García, D. Severino Regidor.
También
cabe destacar el importante papel llevado a cabo por las religiosas mercedarias
que durante muchos años estuvieron ayudando para que el centro funcionara de
manera óptima.
Gracias
a todas estas personas, que pusieron empeño, esfuerzo y tesón por conseguir un
sueño, hoy Martiherrero escribe sus 50 años al servicio de la sociedad
abulense. Una vez más se podría decir que la labor de la Iglesia llegó donde no
llegaron otros.
Durante
estos 50 años, esta Institución se ha visto siempre apoyada y protegida por
todos los obispos que han pasado por esta diócesis: D. Santos Moro, D. Felipe
Fernández, D. Antonio Cañizares y D. Adolfo González. Todos han visto a esta
Institución como una parte importante y necesaria dentro de la diócesis.
Nadie puede poner en duda de que la obra social de la
diócesis de Ávila llegó a Martiherrero hace ya 50 años.¡HOLA! ¿NOS CONOCEMOS?
A partir de hoy sí.
Es día 26 de febrero de 2015 y nace este blog con la única finalidad de que conozcáis un lugar muy especial, con un entorno maravilloso y con unas vivencias extraordinarias.
Puedo asegurar que hace exactamente un mes yo no tenía ni idea, ni remotamente, de que empezaba a escribir un blog, pero la vida te sorprende.
El motivo de su existencia es importante, pues, no en vano, va a ser la voz de personas a las que casi no se escucha, va a ser la ventana por la que se podría ver cómo pasan los días Juan, Pepa, Verónica, Javier, Enrique, Luisa y un largo etcétera...
Aquí hoy se emprende un largo camino por el que van a pasar muchas personas, cada una de ella con responsabilidades diferentes, pero siempre juntas. Todas ellas estarán unidas por lazos que no se ven, son lazos de seda que no hacen daño, pero a su vez tienen tanta fuerza que, todos juntos, sujetan los cimientos de una CASA entre árboles y arbustos, donde el sol brilla con mucha intensidad y donde el agua procede de un manantial. Es una CASA que emite una luz tan intensa que hasta de noche se vislumbra bajo la luna y las estrellas.
Una CASA que está en su sitio desde hace algún siglo, una CASA que ya ha hecho historia y que, con solo decir su nombre, se piensa y se dibuja su silueta: LA CASA GRANDE DE MARTIHERRERO.
pues bien, a partir de hoy yo pondré voz a esta CASA para que conozcan su interior, y a partir de ahí, lleguen a quererla como algo suyo, aunque solo sea "un poquito". Es verdad que muchos poquitos hacen un todo y, un todo de cariño y amor es lo máximo a lo que puede aspirar el ser humano.
Así que desde este momento gracias por querer a la CASA GRANDE y gracias por estar ahí como bloguero.
Nos espera un tiempo nuevo, el suficiente para que los habitantes de la CASA GRANDE se sientan queridos y arropados por nuevos amigos.
Yo como portavoz de todos los que allí viven, les invito a entrar de momento a los jardines. Luego, Uds. decidirán si continúan caminando a nuestro lado.
¿Se arriesgan? Gracias y encantados, porque de verdad que no se van a arrepentir.
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