Hoy clausuramos este Certamen que iniciamos hace
cinco años y puedo decir que es un proyecto consolidado e institucionalizado y
ligado para siempre con la Casa Grande. ¡Otra vez hemos conseguido durante esta
semana representar historias ante una audiencia!, ¡otra vez hemos unido la
inclusión y la contemplación!
El teatro es arte, es magia, es soñar a través de
otros espacios, pero si además le añadimos la palabra inclusivo nos encontramos
ante una experiencia sencillamente maravillosa, dado que el teatro no entiende
de barreros de ningún tipo.
El teatro es educativo y socializador, a las
personas con discapacidad intelectual les mejora la atención, memoria, el
ritmo, les motiva y les hace más autónomos.
El éxito de este certamen se debe a la suma de
muchos factores y, sobre todo, se debe a la labor solidaria y generosa de
muchas personas que tienen un denominador común: son buena gente, comprometidos
con causas a las que miran de frente y no de lado, como suelen hacer los que no
quieren problemas en sus vidas. ¡Como si los problemas no vinieran solos!
Es cierto que dentro de esta Casa hay personas
entregadas al cien por cien para que este Certamen tenga luz propia, desde logística
a maestros que hacen de directores de obra, pasando por todos los proveedores
que, con sus obsequios para reparto de premios, nos ayudan a que este Certamen
tenga menos coste económico.
Es cierto también que esta Casa durante estos días
tiene una actividad que no para y que nos arrastra a algunos.
Pero también es cierto que algunos nos hemos dado
cuenta muy pronto que en esta vida pedir ayuda es posible y necesario porque,
aunque nos creamos “normales” con mayúscula y capacitados, hay cosas que no se
pueden hacer solos.
¡¡Es tan importante en la vida no ser “yo” sino
“nosotros”!! A eso se le llama compartir, confiar y, aunque parezca lo
contrario, ser fuerte. El “yo” cierra ventanas, el “nosotros” abre puertas de
par en par.
Este pensamiento filosófico es el utilizado aquí en
estos cinco años de Certamen. Sin los de fuera de esta Casa, esto no se habría
llevado a cabo. Por ello:
- Gracias a todos los chicos y chicas actores y
actrices que, sin ningún prejuicio, habéis actuado en esta sala (más de mil personas
en los cinco años). Lo hacéis muy bien y además se os ve libres de todo lo que
sea negativo dentro de esta sociedad. No cambiéis, trabajad por vuestros
ideales y no quitéis de vuestro ADN la solidaridad hacia los que lo tienen peor
que vosotros.
- Gracias a las instituciones de personas con
discapacidad intelectual por querer hacer piña con esta Casa y dejar a los
chicos que vuelen en busca de sueños difíciles pero quién sabe si alcanzables
en el tiempo. ¿Saben una cosa?, la discapacidad no hace difícil la vida, lo que
la hace difícil son los pensamientos y las acciones de los demás y he de decir
que esa aquí no ha pasado en esta semana.
- Gracias a la audiencia, al público que ha querido
venir a esta Casa para ver las obras, me da igual el motivo que haya existido
para acudir. Son el elemento más importante del teatro, dado que todo el
esfuerzo que se lleva a cabo es para disfrute de la audiencia.
- Gracias a nuestro querido jurado. Personas de una
fidelidad extraordinaria que se pasan aquí toda la semana haciendo análisis
exhaustivos y con una profesionalidad digna de mención. ¡Se os quiere, valora y
admira mucho!
- Gracias a ti, Pilar Rodríguez, por ser como eres,
por ver luz en los que ven poco, por hacer volar a los que no andan, por poner
voz a los que no pueden emitir sonidos, por llenar de vida, a través de los
sueños, a los que la realidad arrinconó. Tu consigues sacar del letargo a
todos, con o sin discapacidad. Te aseguro que para esta Casa es un privilegio
tenerte aquí mi querida embajadora de la Casa Grande.
- Por último permítanme pensar en voz alta: Esther
Martín, fuiste y eres de las mejores cosas que le ha pasado a esta Casa. Sin ti
nunca este Certamen existiría. Gracias por entrar aquí y en mi vida. Este
Certamen es el resultado de haberte dejado libre total y absolutamente para que
llevaras a cabo acciones como esta. Sé y estoy convencida, ahora más que nunca,
que las personas pasamos pero que las Instituciones permanecen siempre y que
caminan por la vida ligadas a los proyectos que realizan.
Finaliza el V Certamen Nacional de Teatro de la Casa
Grande de Martiherrero y desde ahora mismo les emplazo en este mismo lugar en
mayo de 2020, que se levantará el telón para disfrutar del VI Certamen. Y así
pasarán los años.
