miércoles, 21 de junio de 2017

TERCER CAMINO POR LA INCLUSIÓN




¿Cuánto tiempo cuesta preparar un evento para que salga bien? Podría decir muchas horas, días y, aún así, nunca sería la respuesta adecuada. ¿Son algunos meses? ¡Pues si! Es mucho tiempo de dedicación y mucho más de responsabilidad. ¿Lo organiza una persona sola? ¡Pues no! Los grandes eventos no son de uno, sino que son de muchos. Si no fuera así no sería posible. Es cierto que una persona coordina las acciones y delega en la organización. Dicen que los triunfos son de muchos y las derrotas tienen nombre.

Hace varios años se pensó y organizó esta actividad con el único fin de hacer más grandes, fuertes y seguros a nuestros chicos. Fue otra de las muchas formas que tiene La Casa Grande de hacerles visibles y de hacerles creer en ellos mismos a través de sus propias fortalezas. Es verdad que Sonia Abad es la coordinadora de esta actividad, pero sin la colaboración y ayuda que tiene por parte de algunas personas de esta institución, nada sería posible ni fácil de llevar a cabo.

Puedo y debo agradecer la ayuda de varias organizaciones y de personas individuales, tales como la Diputación de Ávila, en concreto Beatriz Díaz Morueco, Rafael Pérez y Ángel Jiménez. Gracias al alcalde de Piedrahita, Federico Martín, y al alcalde de Santa María del Berrocal, José Reviriego, por toda la hospitalidad y ayuda de infraestructuras que han tenido a su alcance todos estos caminantes. Gracias a los alcaldes y vecinos de todas las localidades de paso, al párroco de Santa María del Berrocal, D. Emilio García, al grupo Almanzor por apoyarnos y darnos ánimo en este proyecto.

También mi gratitud al presidente de Cruz Roja, D. Gonzalo González de Vega, por tener y dejar a nuestro servicio a esta organización tan humana, grande y solidaria como es Cruz Roja. ¡Siempre pendiente, dando ánimos y curando alguna que otra herida con todo el cariño del mundo! ¡Cruz Roja, qué grande eres!

Finalmente todo nuestro agradecimiento a nuestro alcalde, el de nuestro pueblo, Martiherrero, gracias José Luis del Nogal por querernos, creer en nuestros chicos, sentirte orgulloso de esta Casa y por estar siempre ahí, a nuestro lado. Y sé que está a nuestro lado porque se ha preocupado de entrar mucho y conocernos. ¡Gracias José Luis!

Una vez mostrados mis agradecimientos a todos los que habéis hecho posible esta aventura, ahora toca hablar de los protagonistas, de vosotros, nuestros chicos, los protagonistas, los héroes de este camino ¡Sois fantásticos y maravillosos!

Fantásticos porque a veces no parecéis de este planeta. Os esforzáis sin quejaros, incluso aunque a veces duela el cuerpo. Conseguís retos y hazañas y no lo dais ninguna importancia. Cuando la sociedad os visibiliza decidís continuar siendo como sois, humildes, trasparentes, generosos y humanos. No os gustan las ostentaciones porque no sabéis ni siquiera de qué va eso. Sois como sois y punto.

Y además sois maravillosos porque “sabéis estar”, aunque lo hayáis aprendido tarde. Os comportáis de manera exquisita, aunque pocos os crean capaces de esa actitud. Y además de todo esto, ni protestáis ni os aburrís y, por supuesto, como tenéis tantas ganas de progresar (que no de destacar) ni os cansáis aunque estéis agotados. ¡Que grandes sois!

Habéis sabido ser muy buenos anfitriones para con otras asociaciones que han estado algún día de camino con vosotros. Ha estado bien porque así habéis compartido experiencias con otros. Gracias a Asesca, Down, Gotarrendura y Pronisa.

Por último, y para terminar, tengo que hablar por obligación, pero sobre todo por devoción, de un grupo extraordinario, singulares por su forma de ser y grandes por su actitud ante todo y ante todos: los profesionales de La Casa Grande, que son los magníficos compañeros de viaje de estos chicos en sus largas aventuras. Algo debe de tener esta Casa para que un grupo tan numeroso se preste de manera voluntaria, y sin nada a cambio, para que estos chicos conozcan lugares diferentes y vivan experiencias inolvidables.

Cuando digo que los triunfos de esta Casa los hacemos entre todos, es cierto..., cuando digo que las familias son muy importantes en la vida de estas personas, también es cierto y, por último, quiero decir, sin ofender a nadie, que lo que hacen los profesionales de esta Casa por los chicos, por esos chicos que son muy suyos, tiene muchísimo más valor, que lo que hacen sus familias. Estas tienen obligación y las personas que les atienden lo hacen por devoción, por eso lo que hacen voluntariamente por todos ellos, permítaseme que diga que tiene un valor infinito y demuestra mucha grandeza. ¡Bravo por vosotros y por lo que hacéis! Yo, personalmente, os digo GRACIAS.








lunes, 12 de junio de 2017

2017: DÍA DE LA CASA GRANDE



He dejado pasar más de 24 horas para escribir lo que voy a hacer en este momento. Necesitaba que mi cabeza se asentara y terminara de colocar en su sitio todo lo sucedido el jueves día 8 de junio. Lo podría definir como un día tranquilo y lleno de paz, aún dentro de la vorágine que produce todo lo que se está viviendo en esta Casa desde hace tres meses más o menos.

El día amaneció espléndido, lleno de sol y de luz, ¡Menos mal!. Últimamente no es lo normal para nuestro día. Después de tres años hemos conseguido desarrollar todos los actos en nuestros maravillosos jardines, y... ¡cambia tanto la imagen así!

Este año esperábamos muchísimas personas y así ha sido. Nos han acompañado muchos amigos, muchas personas vinculadas con esta Casa por diferentes motivos.

Reunir casi a 500 personas en este entorno, requiere mucha infraestructura y también mano de obra. Afortunadamente contábamos con ambas cosas, gracias a las personas de mantenimiento de esta Casa y también, hay que decirlo, gracias a los Ayuntamientos de La Colilla y Martiherrero.

Este año teníamos que “juntarnos”, teníamos que vernos todos porque había motivo especial que obligaba a ello. No siempre toca decir adiós a una persona de esta Casa, no siempre toca cerrar etapas de esta institución y porque, además, es la primera vez que a un director general de esta Casa le nombran obispo.

La Eucaristía estuvo presidida, como siempre, por nuestro querido Obispo, acompañado de sacerdotes vinculados a nosotros por lazos fuertes: D. Isidoro, D. José Manuel Sánchez Caro, el padre Pedro y José Luis Retana. Después comenzó un acto institucional emotivo y sencillo.

Queríamos rendir un pequeño homenaje a quien, durante 15 años, ha estado al frente de esta entidad. Ha sido emotivo, sencillo y lleno de mucho sentimiento. Chicos y trabajadores han querido demostrar públicamente las sensaciones y los recuerdos que tienen hacia José Luis Retana. ¡Con sus palabras lo han conseguido! Era justo hacer este acto; a las personas hay que decirles adiós verbalizando y demostrándoles lo que dejan y queda cuando, por diversas circunstancias, nos dicen adiós. ¡Cuánto ha aprendido de humanidad Retana con su paso por esta Casa!

Algunos aquí hemos descubierto y conocido al auténtico Retana, al que aunque muchos dicen conocer no es así. Para conocerle bien hay que tratarle mucho, porque si no es imposible ahondar en su interior. En esta Casa ha sido muy auténtico, ha sido él, porque aquí venía a su “casa”, a la que él ha contribuido a construir, al lugar en el que sus interlocutores son auténticos, nobles, sin dobleces y con necesidad de ser admirados y escuchados. Retana sintonizó con ellos siempre, que nadie lo ponga en duda. Ha sido una relación auténticamente mágica, por eso digo siempre que duele que se rompa.

Ha sido un acto lleno de palabras, de música y también de emociones y lágrimas. Después, como siempre, vino la demostración de los logros alcanzados, del “trabajo” realizado durante todo un año y que afianza la situación personal de los que viven aquí. Demuestran sus capacidades y habilidades a una sociedad marcada absolutamente por el trabajo que conlleva una remuneración económica. Lo demás cuenta mucho menos, aunque el esfuerzo sea similar o superior a otros modelos de trabajo. Aquí queremos demostrar que esto no es así, que “vivir” es un acto más simple que lo que lo está convirtiendo esta sociedad que a veces no sabe hacia donde va.

En fin, un acto bonito, llevado a cabo por gente especial y maravillosa.

Después vino nuestra conocidísima “paella”, la que une en torno a una pradera a muchas personas con vidas y estilos diferentes, pero con una cosa en común: La Casa Grande. Aún recuerdo cuando hace 15 años le propuse a Retana crear este día junto a una paella. Nadie lo hacía, ninguna entidad lo tenía, no sé si porque no lo necesitaban o porque no creían en este acto como modelo de “juntar y hermanar”. Nosotros sí pensamos que no solo era bueno para esta Casa, además lo necesitábamos. Y lo pusimos en marcha; juntamos a todas las entidades de Ávila, con chicos y dirigentes, en esta pradera y resultó positivo y gratificante. También nos acompañaron nuestras familias con su actitud de integrarse en esta Institución y, como no, también está los profesionales (los que quieren y pueden) apoyando con su presencia la realización de este evento.

Ha sido un día mágico, dentro de una situación especial, que finalizó con bailes y música que ha conseguido minimizar la pena y el dolor que produce la ausencia física.

Por último para mí también ha sido una jornada especial. Alguien ha querido y decidido que yo, Pura Alarcón, sea la persona que asuma el puesto de José Luis Retana. Coger la Dirección General de esta Institución es un honor y a la vez una gran responsabilidad. Lo asumo con respeto y humildad. La ilusión la tengo desde hace 17 años y el trabajo lo conozco y, sobre todo, estoy acompañada de 100 profesionales que perseguimos los mismos ideales. 
¡Gracias a todos!



Ah! Dentro de un año nos encontraremos de nuevo, no tengan ninguna duda, pero mientras tanto, continuemos trabajando cada uno de nosotros en la tarea que tenemos asignada. ¡Ojalá sepamos hacerlo!.

lunes, 5 de junio de 2017

CONFAE y el premio Responsabilidad Social



A lo largo del año van pasando los días y aunque a simple vista parecen iguales y muchas veces llenos de monotonía, todo cambia con una llamada de teléfono.



Esta noticia te hace pensar en un momento en varios tiempos: pasado, presente y futuro. Piensas en las personas que pensaron este proyecto, y en los que a través de años lo plasmaron. Piensas en el presente que vive la Institución y en cómo se están haciendo las cosas y piensas en el futuro que quieres para esta Casa, para estas personas que la habitan, tanto chicos como profesionales.



Después cuando llega la calma, es el momento de analizar la situación y la importancia del reconocimiento con el premio. Entonces te das cuenta de que te llega oxígeno nuevo para seguir con fuerzas y poder llevar a cabo esta particular e ingente tarea.



Alguien se preguntará cuál es el significado de estas dos palabras por las que te premian. Pues bien…la responsabilidad social es el compromiso, la carga, u obligación de los miembros de una sociedad ya sea como individuos o como miembros de algún grupo, tanto entre sí como para la sociedad en su conjunto.



Este concepto estaría estrechamente relacionado con la ética y la moral, dado que las decisiones que se toman tienen consecuencias sobre los demás y hay que desarrollar una conciencia de conjunto.



Siempre digo y diré que esta Institución ha tenido un compromiso de servicio fundamental y extraordinario. Cuando nadie, ni público ni privado, lo hacía…el Centro de Educación Especial Santa Teresa de Martiherrero (La Casa Grande) lo hizo. No sé si bien o regular o incluso mal…pero lo HIZO y ya la acción de hacer algo es de descubrirse ante los que lo acometieron como suyo.



Hasta aquí todo parece o indica normalidad, lo sorprendente y extraño es que una marca, CONFAE, que representa al empresariado abulense, defendiendo los derechos e intereses generales de los empresarios autónomos, se haya fijado en una empresa que nada tiene que ver con una de sus empresas al uso.



Somos una empresa especial, atípica, en la que no priman las cuentas de resultados. Para nosotros lo único que prima es la calidad de vida de personas que quieren estar incluidas con derechos y deberes en una sociedad que no se lo pone fácil, porque a veces ni siquiera les permite entrar en su propia estructura.



Gracias CONFAE por este reconocimiento a una empresa grande en valores y pequeña en recursos, grande en personas y pequeña en clientes, grande en objetivos soñados y pequeña en sueños obtenidos, grande en querer conciliar lo profesional y familiar de sus profesionales y, esta vez también es grande en el sentimiento de pertenencia a una marca que tienen y  demuestran sus trabajadores.



Su reconocimiento a nosotros nos da fuerza para conseguir nuestras metas y a ustedes les da reputación y les hace ser mejores.



¡Ha sido todo un placer, gracias infinitas!