Hace muchos meses que un buen día apareció en el
despacho Sonsoles Hernández o, lo que es lo mismo, conocimos en primera persona
el significado de Plataforma Trainsplant y su asociación “El poder del
chandal”. Nunca nos habíamos visto aunque, por diversos motivos, sabía que sus
orígenes estaban en Martiherrero.
Fue un encuentro especial en el que hubo muchos
ofrecimientos, que yo recibí con mucha cautela porque lamentablemente estamos
acostumbrados a este tipo de cosas que luego quedan en una foto o en algo que
creímos iba a salir bien.
¡Está claro que me equivoqué, y de sabios es
rectificar!
El día 23 de junio de 2018 en la presentación de la
asociación “El poder del chandal” se nos confirmó que ibamos a contar con
medios para ampliar la actividad de sicomotricidad que ya estamos impartiendo.
No sabíamos cómo iba a ser el proceso pero es cierto que la noticia nos impactó
de manera muy positiva. El primer paso estaba dado, los siguientes desconocíamos
cómo se llevarían a cabo.
Pasó el verano y hace relativamente poco volvimos a
reunirnos con Sonsoles para hablarnos detenidamente de cómo se iba a realizar
esta acción. Por primera vez aparece el nombre de la Hermandad Nuestra Señora
de la Esperanza y su interés por ayudar y ser solidaria con personas o
instituciones que lo necesitan.
A continuación nombramos a una persona de nuestra
Casa, Javier Martín Obregón, para que sea el interlocutor con el presidente de
dicha Hermandad, Sergio Fernández Jiménez.
Tengo que decir que desde este momento la
comunicación ha sido muy fluida. Han estado con nosotros, han visitado esta
Casa, han vivido lo que hacen nuestros chicos, han observado lo que queremos y
necesitamos hacer y me consta que salieron de aquí, no solo impresionados, sino
también con muchas ganas de hacer cosas dentro de su Hermandad, dirigidas hacia
un doble objetivo: la ayuda generosa realizada desde la transparencia. Estoy
convencida de que lo que vivieron aquí ha servido para hacer visible estas dos
cualidades que están en el ADN de esta Hermandad.
Impresiona ver a tanta gente joven en esta
Hermandad, con su presidente en primera línea. Creo que han demostrado que
saben organizar y movilizarse para conseguir los fines que se proponen. Pero
aún es más impresionante observar a personas con cierta edad como se esfuerzan
para ayudar y hacer una labor de servicio comprometido con los más débiles.
He contemplado una Hermandad en la que se hermanan
8y nunca mejor dicho) la experiencia de los mayores y las ganas de cambio de
los jóvenes. Me pareció una Hermandad muy abierta hacia horizontes nuevos y con
una junta directiva horizontal en su funcionamiento, en la que todos suman y
nadie resta.
La marcha solidaria Zancadas de Esperanza ha sido
todo un éxito porque detrás de todo ello ha habido mucho empeño y buena
organización por parte de esta Hermandad. ¡Hasta el tiempo nos respetó!
Gracias a todos los que han contribuido a realizar
esta acción, a los que contribuyeron a la lluvia de regalos que se entregaron
en una extensa rifa. Gracias a los que permitieron, con la elaboración de
productos, que el cansancio no aflorara en los participantes. Gracias a Sergio
Fernández Jiménez por su tesón, empeño y profesionalidad. Gracias a Javier
Martín Obregón por haber trasmitido bien los intereses de nuestros chicos y por
estar siempre dándoles visibilidad, caminando siempre a su lado como ha
ocurrido en esta ocasión.
Quiero dar las gracias de una manera muy especial a
los andarines, a todos aquellos que han creído que sus zancadas no solo tenían
un valor económico..., tenían un valor infinito porque con su esfuerzo han
conseguido que los chicos de la Casa Grande tengan más calidad de vida y les
cueste menos caminar.
Ha sido todo fantástico, limpio, lleno de
transparencia y realizado desde el cariño y con mucho respeto. A todos los que
formáis la Hermandad Nuestra Señora de la Esperanza mi más sincero
agradecimiento . Ojalá continuéis realizando acciones como esta para que, en
años próximos, seáis un referente en generosidad, solidaridad y transparencia.
Todo esto estoy convencida que os hará diferentes.
En la historia de vuestra Hermandad ya aparecerá
siempre la Casa Grande de Martiherrero como pionera de vuestra carrera. En la
vida de la Casa Grande han llegado unos nuevos amigos que nos cuidan y velan
por nuestros chicos. Gracias infinitas.
Recibid todos un abrazo tan grande como las zancadas
dadas de parte de los chicos que viven aquí.