jueves, 28 de junio de 2018

DIA DE LA CASA GRANDE 2018


Otro año más la gran pradera de esta Casa ha sido testigo del encuentro que año tras año llevamos a cabo con todas aquellas personas que deciden pasar unas horas en este lugar. Es un evento para estar juntos, es un día en el que buscamos que todas las familias de nuestros chicos cambien impresiones entre ellas y convivan tratando de buscar soluciones a problemas muy parecidos que todos ellos conocen bien. Pienso que es un buen momento para que intercambien experiencias y se ayuden unos a otros utilizando la generosidad y la empatía como valores para lograrlo. Los mayores beneficiados serán sus hijos o hermanos que en definitiva son los que a nosotros más nos interesan porque ellos son nuestros chicos y chicas, los auténticos protagonistas del proyecto de esta Casa.

Sé que nuestros chicos y chicas lo han pasado bien. Les gusta este día porque juntan a sus dos familias, a la vez que también demuestran a los asistentes todo lo que saben hacer porque han conseguido aprenderlo a base de mucho esfuerzo y muy buena actitud. Eso sí, alguno que otro está triste porque sus familiares no vienen, ni han venido nunca, pero ni aun así se acostumbran a esta situación. Un año puede ocurrir que no se pueda, pero todos… algo falla. Hay         actos sociales a los que nunca se falta: bautizos, bodas, comuniones, cumpleaños, fiestas familiares. Hacemos lo posible y lo imposible para no faltar a eso que llamamos actos sociales. Alguien debería preguntarse que es lo que se está haciendo mal. Simplemente es cuestión de prioridades. ¿es pedir mucho hacer algo una vez al año?...

Hoy vuelvo a repetir lo mismo que ya dije a las familias: es muy lícito exigir inclusión, es de justicia que reclamen ayudas lógicas a la Administración, pero también es de conciencia moral y ética, además de su responsabilidad, que respeten los derechos de sus familiares con discapacidad intelectual. Nosotros somos su entorno más próximo pero las familias son su origen y su pilar más antiguo formado a base de cariño y de respeto. Son dos cualidades qué si se gestionaran adecuadamente, llevaría a todos a volar hacia la libertad. Esta es la obligación de las familias, mientras que la nuestra es continuar creyendo en las capacidades de todos nuestros chicos pero, sobre todo, seguir confiando en la actitud que tienen ante la vida.

Este año en este día tan especial hemos querido llevar a cabo un acto muy entrañable y mágico: rendir un homenaje a nuestro obispo: D. Jesús García Burillo. ¡Un auténtico embajador para esta Casa! La persona que más nos ha ayudado porque es un buen pastor y además cree mucho en la justicia social. Con D. Jesús institucionalizamos este día hace ya 14 años. Siempre hemos sentido su proximidad y su afecto. Él sabe estar al lado de las personas sin importarle ni cargos ni títulos, no en vano tiene dos cualidades que le caracterizan: la humildad y el saber escuchar.

Siempre diré que nuestros chicos pasaron de besarle el anillo a rodearle con abrazos y, lo mejor de todo, a recibir los suyos, los de D. Jesús. Hoy y siempre habla con ellos de sus problemas, sus inquietudes y de su forma de vida. Ya en nuestro encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano conocimos a una persona con tanta grandeza y tan llena de humanidad, que anula por completo a la figura del obispo.

Hasta en este homenaje Ud, D. Jesús, ha querido estar junto a los chicos cantando una canción con el Coro de la Casa Grande y además, disfrutando del momento. Jamás un obispo ha estado tan unido a estos chicos ni tan cerca de esta Casa.

No quiero ni puedo olvidarme de la visita inesperada y tan llena de sorpresa que hemos tenido en este día, D. José Luís Retana. Hace un año era impensable que volviera en este día pero las cosas ocurren porque la magia existe. Ha sido bonito y emocionante volver a tenerte aquí entre nosotros, en la Casa Grande. Tu casa y junto a los chicos. ¡Te quieren mucho! Tú a ellos también y hoy se ha notado. Gracias por estar, que no por volver, porque aún no te has ido de sus vidas ni ellos (estoy convencida) de la tuya.

Ha sido un día estupendo, hasta el sol nos ha acompañado. Han estado muchos amigos, de todo tipo, da igual su status o procedencia. Lo importante es que estaban aquí, a nuestro lado. Es cierto que han faltado algunos, aunque ha sido por motivos más que justificados. No estaban de manera visible pero si lo han hecho a través de su palabra y de su cariño sincero.

Así pasó otro año más el día de la Casa Grande. No buscamos reconocimientos en este acto, sólo tratamos de juntar a personas que queremos, nos quieren, se tienen afecto entre ellos, creen en lo que hacemos y, sobre todo, todos buscamos lo mejor para los chicos y chicas de esta Casa y siempre desde el respeto y con dignidad. Ellos son los auténticos anfitriones y los mejores protagonistas.
El año que viene, otra vez más…..volveremos a estar juntos.