Durante los días 28 de Febrero y 1 de Marzo se ha celebrado
en Ávila este Congreso que ha reunido a personas de diferentes sectores dentro
del mundo de la discapacidad. La Casa Grande de Martiherrero ha estado allí
presente con trabajadores, familias, amigos, chicos y chicas. Hemos asistido a
ponencias en las que se veía lo que se
ha hecho a lo largo de estos años, para con este colectivo. También hemos
estado en otras en las que se observaban los diferentes puntos de vista que
existen sobre la discapacidad y, sobre todo en otra ponencias hemos divisado
que la discapacidad abarca un amplísimo abanico del que se extraen ideas
diferentes, opiniones contrapuestas, experiencias variopintas y metodologías muy
comunes entre ellas y acordes a las necesidades que requieran cada tipo de
discapacidad.
Es cierto que existen muchas, muchísimas diferencias entre
todas las discapacidades pero como sucede con todas las cosas, también hay algo
en común y en este caso es algo que es el auténtico motor del cambio
experimentado en estos años: FORMACION Y EDUCACION. Cuando la persona utiliza y
se entrega a estos dos conceptos y a lo que significan, se produce un cambio de
actitud, pasando de la desesperanza a la esperanza futura, a creer en las
posibilidades de cada persona, a confiar en uno mismo desterrando miedos,
complejos e inseguridades. La fuerza de voluntad y la palabra “ yo puedo” se
instala en la vida de cada persona y así es como se produce el cambio
Ahora bien, desde la realidad más absoluta, sin querer herir
susceptibilidades y, sobre todo, desde mi modesta opinión, pienso que existe
una gran diferencia entre discapacidad física e
intelectual, resultando un grave error cuando tratan de meterlas en el mismo contexto y con
las mismas necesidades. ¡ Qué difícil es
para las personas con discapacidad intelectual que en el día a día se
les reconozcan sus derechos! Sí, eso que los demás utilizamos sin ni siquiera pensar que son derechos…
simplemente los tenemos y usamos.
En esta vida existen clases o estamentos sociales en los que
se nos mete o ubica a todos y, a veces, según donde te toque, te resultará más
fácil o más difícil recorrer el camino. Ni que decir tiene como afecta esto al
mundo de la discapacidad.
Una vez finalizado el Congreso, llegará el momento de las
reflexiones y de sacar conclusiones. Algunas se observan a simple vista, no
hace falta excavar mucho. Otras son más difíciles de digerir. Queda mucho,
muchísimo camino por recorrer, sobre todo, para la discapacidad intelectual. No
me cabe ninguna duda de que la discapacidad física nos saca muchos kilómetros
de distancia en cuanto a logros y objetivos alcanzados. Nosotros necesitamos
más tiempo, más formación, mucha paciencia para llevar a cabo el aprendizaje y,
sobre todo, creer en nuestra realidad, pero CREER con mayúsculas.
Doy las gracias a quien corresponda por la realización de
este acto, gracias al que tuvo la idea primera, gracias a los técnicos que lo
pensaron, gracias a los que lo han organizado, gracias a los ponentes por
abrirnos de nuevo los horizontes que a veces se nos cierran por falta de
fuerzas y gracias a todas las personas con capacidades diferentes que confían en nosotros para poder tener
visibilidad dentro de una sociedad que
hace años les excluyó y que también hoy, a veces por desconocimiento, se lo
pone difícil. Ojalá no perdamos la ilusión y sigamos teniendo esperanza en el
futuro porque las personas con capacidades diferentes nos necesitan y nos
esperan para alcanzar sus retos y sus sueños.
¡Enseñémosles a hacer el recorrido de su vida ¡