jueves, 2 de marzo de 2017

El Congreso Internacional Mujer y Discapacidad



Durante los días 28 de Febrero y 1 de Marzo se ha celebrado en Ávila este Congreso que ha reunido a personas de diferentes sectores dentro del mundo de la discapacidad. La Casa Grande de Martiherrero ha estado allí presente con trabajadores, familias, amigos, chicos y chicas. Hemos asistido a ponencias en las que se veía  lo que se ha hecho a lo largo de estos años, para con este colectivo. También hemos estado en otras en las que se observaban los diferentes puntos de vista que existen sobre la discapacidad y, sobre todo en otra ponencias hemos divisado que la discapacidad abarca un amplísimo abanico del que se extraen ideas diferentes, opiniones contrapuestas, experiencias variopintas y metodologías muy comunes entre ellas y acordes a las necesidades que requieran cada tipo de discapacidad.
Es cierto que existen muchas, muchísimas diferencias entre todas las discapacidades pero como sucede con todas las cosas, también hay algo en común y en este caso es algo que es el auténtico motor del cambio experimentado en estos años: FORMACION Y EDUCACION. Cuando la persona utiliza y se entrega a estos dos conceptos y a lo que significan, se produce un cambio de actitud, pasando de la desesperanza a la esperanza futura, a creer en las posibilidades de cada persona, a confiar en uno mismo desterrando miedos, complejos e inseguridades. La fuerza de voluntad y la palabra “ yo puedo” se instala en la vida de cada persona y así es como se produce el cambio
Ahora bien, desde la realidad más absoluta, sin querer herir susceptibilidades y, sobre todo, desde mi modesta opinión, pienso que existe una gran diferencia entre discapacidad física e  intelectual, resultando un grave error cuando  tratan de meterlas en el mismo contexto y con las mismas necesidades. ¡ Qué difícil es  para las personas con discapacidad intelectual que en el día a día se les reconozcan sus derechos! Sí, eso que los demás utilizamos sin  ni siquiera pensar que son derechos… simplemente los tenemos y usamos.
En esta vida existen clases o estamentos sociales en los que se nos mete o ubica a todos y, a veces, según donde te toque, te resultará más fácil o más difícil recorrer el camino. Ni que decir tiene como afecta esto al mundo de la discapacidad.
Una vez finalizado el Congreso, llegará el momento de las reflexiones y de sacar conclusiones. Algunas se observan a simple vista, no hace falta excavar mucho. Otras son más difíciles de digerir. Queda mucho, muchísimo camino por recorrer, sobre todo, para la discapacidad intelectual. No me cabe ninguna duda de que la discapacidad física nos saca muchos kilómetros de distancia en cuanto a logros y objetivos alcanzados. Nosotros necesitamos más tiempo, más formación, mucha paciencia para llevar a cabo el aprendizaje y, sobre todo, creer en nuestra realidad, pero CREER con mayúsculas.
Doy las gracias a quien corresponda por la realización de este acto, gracias al que tuvo la idea primera, gracias a los técnicos que lo pensaron, gracias a los que lo han organizado, gracias a los ponentes por abrirnos de nuevo los horizontes que a veces se nos cierran por falta de fuerzas y gracias a todas las personas con capacidades diferentes que  confían en nosotros para poder tener visibilidad  dentro de una sociedad que hace años les excluyó y que también hoy, a veces por desconocimiento, se lo pone difícil. Ojalá no perdamos la ilusión y sigamos teniendo esperanza en el futuro porque las personas con capacidades diferentes nos necesitan y nos esperan para alcanzar sus retos y sus sueños.
¡Enseñémosles a hacer el recorrido de su vida ¡