Sesenta y dos personas de la Casa
Grande de Martiherrero han asistido al Congreso Internacional Mujer y
Discapacidad. Hay que decir que de ese número, treinta y nueve eran chicos y
chicas que viven en la Casa y que han
escuchado en primera persona todo lo que allí se ha dicho. Próximamente haremos
un coloquio para que nos cuenten sus conclusiones. Nos lo expondrán de mil
maneras diferentes pero que nadie dude, de que lo harán a su manera pero bien.
He de decir que a cualquier lugar donde acudan, su comportamiento es ejemplar,
digno de ser imitado por personas que se consideran superiores. Si de algo
saben los chicos y chicas de la Casa Grande de Martiherrero es de buenas formas
y de “saber estar”. ¡Que nadie lo ponga en duda!. Es verdad que también estaban
ilusionados y contentos por el hecho de conocer a la Reina de España, para
ellos, Leticia. Cuando se enteraron de que venía a clausurar el Congreso,
algunos de ellos lo vivieron con la misma actitud que cuando les recibió el
Papa Francisco en el Vaticano.
Cuando apareció la Reina y
comenzó a descender por las escaleras de la Sala Sinfónica del Palacio de
Congresos y Exposiciones del Lienzo Norte en Ávila, sé que miraban como si vieran a alguien que
conocen bien. ¡Con autenticidad, porque así de auténticos son ellos! Al
finalizar la clausura, llegó la despedida con los consiguientes saludos, gestos
y actitudes amables y correctas con todos los representantes políticos. Algunos
nos considerábamos en deuda con nuestros chicos y chicas porque de ellos no se
despedía nadie, aunque hayan estado los dos días como todos los demás. Por este
motivo y con la ayuda de alguien grande de alma y de corazón y…además, que nos
quiere, nos conoce y nos entiende, fuimos capaces de que S.M. La Reina Doña
Leticia conversara unos minutos con los chicos y chicas de la Casa Grande de
Martiherrero, con un diálogo de lo más entrañable y coloquial y muy al alcance
de ellos. Hablaron de sus hijas, de Felipe, su marido, de ella y también
algunos hasta le contaron sus cosas cotidianas de lo que es su vida. Luego
vinieron las fotos para el recuerdo… pero esto es otra cosa diferente, eso ya
no tuvo magia. Es cierto que las fotos se ven y se observan. Es la situación
vivida en un momento, en un segundo en
el que se reflejan caras y cuerpos de personas que hasta es posible que no
comuniquen nada.
De todo lo sucedido yo prefiero
quedarme con lo que no se observa en esas fotografías, los momentos vividos con
anterioridad. Hablaron de tú a tú. Fueron espontáneos y nobles como lo son
siempre, sin estereotipos ni protocolos ni etiquetas, pero que nadie se
equivoque, correctos, educados y respetuosos como cualquiera. ¡ Ojalá los demás
tuvieran una sonrisa tan limpia y una mirada tan sincera como la manifestada
ayer por estas personas.
Gracias Señora por la actitud que
adoptó en ese momento, gracias por su cercanía física, gracias por su
sensibilidad y gracias por su generosidad al dedicar su tiempo a los que
Vd misma definió un momento antes como
poco visibles.
Gracias también a la Ministra de
Sanidad, Doña Dolors Montserrat por interesarse por nuestra Casa, por cómo
vivimos, por lo que hacemos, por nuestros orígenes, nuestros proyectos y
futuro. Fue un auténtico placer por la cercanía y empatía que trasmite,
palabras y actitudes muy ligadas a integrar y dar visibilidad. Es probable que
nunca les vuelvan a ver ni a cruzarse en su camino, pero es totalmente cierto que su conversación les quedará grabado para
siempre en su memoria y puedo asegurar que para algunos este ha sido el momento
en el que se han considerado más “persona”
( en el intenso y extenso significado que tiene esta palabra) que nunca
en su vida. Es estremecedor verdad? Pues sí, pero es que la realidad de la
vida, a veces estremece y hace pensar.
En nombre de la Casa Grande de
Martiherrero, Institución que lleva 52 años al servicio de las personas con
discapacidad intelectual, GRACIAS Majestad por saber trasmitir ternura y por escuchar a los que están acostumbrados a callar porque esta
sociedad así les ha tenido durante mucho tiempo.