miércoles, 15 de abril de 2015

La real normalidad de la vida

Hace ya 4 meses que comenzamos el año 2015. Lo hicimos con ganas, ilusión por el futuro y con grandes dosis de optimismo. Empezamos bien con nuestro primer premio en la Cabalgata de Reyes.
Luego continuamos haciendo muchas cosas, "moviendo" los cimientos de la Casa Grande, haciéndola muy activa, sacando a la luz mucho del potencial que tiene, y todo esto se puede hacer gracias a un grupo de personas que ponen ideas en una mesa y que dejan volar la imaginación. Son muchas horas de reuniones dentro de la Casa Grande. Hay mucho trabajo extra para que fluyan ideas que hacen realidad los sueños, para sumar y no restar, para realizar proyectos y para alcanzar metas que antes eran impensables. Solo necesitábamos que alguien nos animara y... ¡vaya si lo ha hecho! Nos han empujado hacia las nubes y no nos dejan bajar.
Y así seguimos y aquí estamos metidos en esta vida que está siempre moviéndose sin parar ni un segundo. Una vida que nos sorprende en cualquier momento y nos da muchos zarpazos. A veces son golpes duros, muy duros, algunos casi nos paran nuestro optimismo. Pero hay una cosa cierta... cuando hay muchas manos que suman, cuando hay muchas cabezas que piensan y cuando hay muchos brazos que abrazan... entonces es más fácil continuar "moviéndote" por la vida que nos ha tocado.
A veces las cosas se tuercen y no solo no se sabe el porqué, sino que tampoco esta en nuestras manos la solución. Aquí tampoco hay que pararse, la pasividad no sirve para nada y menos si va unida a un espíritu lleno de negatividad.
Ahora mismo sé que muchas personas de la Casa Grande tienen motivos para no estar bien, para ver solo días grises y no azules y soleados. Gracias a todos porque aún así, aquí estamos y aquí seguimos. Hay personas con motivos suficientes para no estar aquí ni física ni mentalmente y, sin embargo, quieren estar en esta Casa, necesitan estar para sentirse ayudados, queridos y para coger fuerzas para luego en su vida estar más fuertes y seguros.
A todos los que sé que al leer esto os vais a sentir identificados os damos las gracias por estar ahí. Sabéis que no estáis solos, nos tenéis a vuestro lado. Sé que nos sentís y que casi tocáis nuestro cariño y nuestro apoyo.
El año 2015 es un año gran y con mayúsculas para la Casa Grande, pero eso no quita el que tengamos la cabeza sobre los hombros y sepamos y sintamos la dureza con la que empezó el año y, sobre todo, lo duro que sigue siendo.
No es cuestión de darnos ánimos por que a veces eso no vale. Con sentirnos juntos y queridos a veces es suficiente. Muchas veces el silencio y un abrazo es el mayor de los consuelos. Es una actitud muy sencilla pero muy difícil de llevar a cabo.
Y aquí  seguimos, con más penas que alegrías pero... seguimos.
¡Y mira que nos ponen piedrecitas y hasta pedruscos en el camino!
De ahí la magia que que hace que más de 100 personas con una sola cosa en común, "La Casa Grande" sean capaces de convivir día a día, de sobrellevar las penas y de compartir alguna alegría.
¡Pero así es la VIDA y así es su real normalidad!