Ayer vivimos un día especial y
muy emotivo en nuestra Casa. Es un momento de encuentro y también de disfrute
entre nosotros, entre los que vivimos el día a día dentro de este espacio.
Llegó el verano y con él el
periodo vacacional y de descanso. Es cierto que esta Casa nunca se cierra,
siempre está y sigue abierta como ocurre en casi todos los demás hogares, pero
también es verdad que, en este tiempo, unos se van, otros vuelven y algunos
están aquí en su sitio favorito, en el lugar en el que prefieren quedarse por
diversos motivos que no voy a enumerar.
Hace ya algún tiempo decidí que
era bueno y saludable hacer un encuentro entre nosotros, entre los que quieran
o los que puedan.
Juntarnos en la pradera entorno a
una mesa, chicos y profesionales, es muy gratificante y es una actitud que hace
sumar los afectos y afianzar los lazos que nos unen, que dicho sea de paso, son
muchos.
Es un acto que cuesta poco
económicamente si lo comparo con el coste personal del que decide acompañar y
estar en ese lugar en vez de pasarlo con su familia.
Por todo esto… GRACIAS
profesionales de la Casa Grande. Gracias por “estar” siempre, gracias por
vuestra implicación y colaboración, gracias por ser como sois con estas
personas y gracias por sentir a esta Casa.
Siempre diré que lo mejor que hay
en esta Institución son los profesionales. Es el mejor recurso para los chicos
que están aquí. Es cierto que somos muchos los que formamos esta Casa, también
es verdad que somos muy diferentes unos de otros, tampoco puedo obviar que unos
se llevan mejor con otros y viceversa. No se trata de ser “amigos” (que también
se hacen y aquí los hay), se trata de saber vivir y estar entre personas que
pasamos mucho tiempo juntos y unidos por el mismo fin.
Vivir en comunidad tiene ventajas
y también inconvenientes pero hay que vivir en paz, tranquilos y con sosiego.
Pasamos ratos buenos, regulares y hasta malos, porque nuestro trabajo es duro,
a veces hasta estresante, y por eso debemos buscar entre todos momentos que,
aunque sean mínimos y pequeños, nos hagan sonreír y estrechar lazos. ¡Esos son
los que de verdad valen y nunca se olvidan! Todo lo demás es efímero y no deja
huella.
Yo solo deseo una cosa: puesto
que todos nosotros tenemos y podemos trabajar para facilitar nuestra vida
personal, ojalá seamos capaces de hacerlo con positividad, creyendo en que lo
que hacemos es válido y necesario y sintiendo el orgullo y la satisfacción de
pertenecer a una marca que, aunque pequeña en recursos, quiere y necesita estar
al lado y junto a sus profesionales. No pretendo convencer a nadie de esto,
simplemente es un deseo y una aspiración personal.
Con este motivo de estar juntos,
hemos querido invitar y, así lo hemos hecho, a las asociaciones que han
participado en nuestra ruta de senderismo: Asesca, Síndrome Down, Gotarrendura
y Pronisa. Gracias a Down Ávila y a Asesca por querer estar con nosotros y
entre nosotros. Lo pasamos muy bien y todos nuestros chicos disfrutaron
muchísimo. Verles juntos es muy gratificante, son amigos que se encuentran y
también personas que tienen el gusto de conocerse. Es abrirles a nuevas
amistades y a nuevas experiencias. Está claro que son acciones que fortalecen
sus vidas y les saca de la monotonía del día a día.
Somos entidades que surgimos hace
ya muchísimos años para cubrir una demanda que existía y que nadie atendía.
Nadie va a venir ahora a ponernos ruedas en nuestro camino, diciéndonos que
esto no vale y que no sabemos ni lo hacemos bien. ¡Hay tantos intereses creados
en esta tarea! Pero está claro que no ofende quien quiere sino quien puede y
sabe lo que significa la palabra ÍNTEGRO y HONESTO. Tener una capacidad
diferente es especial y muy sensible pero no por y para quien lo tiene… ¡No!, no es por esto, lo es
por la sociedad que rodea a estas personas, por esa sociedad que de verdad no
quiere ver lo que hay y cómo solucionarlo… Pero hoy no toca hablar más de esto.
En fin… fue una jornada
maravillosa y muy hermosa que prometo volveremos a repetir. Fue un gran rato de
convivencia entre personas que se respetan y se tienen hasta afecto. También
quiero dar las gracias a nuestro gran embajador, D. Gonzalo González de Vega, que
como siempre ha estado con nosotros, pero lo que es más importante, vive
nuestra vida y participa de nuestras cosas que ya las ha hecho suyas. ¡El, si que entiende lo que es el servicio a los demás y lo hace con educación y una
elegancia exquisita, GRACIAS!
A Asesca y a Síndrome de Down,
gracias por vuestra compañía, y a vosotros profesionales de esta Casa, deciros
que sois muy importantes para esta Institución y que desde esta dirección se os
quiere y respeta.
¡Feliz descanso estival!